Lo primero es charlar con los médicos expertos para entender qué pudo salir mal. Un buen repaso puede sacar a la luz cosas por mejorar ya sea en los medicamentos o en nuestro día a día.
Este tratamiento es la bomba para que los tejidos se regeneren rápido y las heridas se cierren en un abrir y cerrar de ojos.
Cada vez más gente se interesa por las opciones biológicas que trae consigo el PRGF®-Endoret® hasta el punto de que ha llegado al mundo de las células madre.
Ahora mismo hay terapias en desarrollo que juegan con el sistema inmune para ayudar a las mujeres que no pueden quedar embarazadas por temas inmunológicos.
El PRGF autólogo sale de tu propia sangre, reduciendo al máximo el riesgo de que tu cuerpo lo rechace o de pillar alguna enfermedad. En cambio el PRGF heterólogo viene de un donante, puede ser más fácil de conseguir en cantidad pero hay que hacerle pruebas para asegurarse de que no va a haber problemas.
Quienes han probado la tecnología PRGF hablan de cambios positivos en cicatrización y recuperación lo que ayuda a regenerar las células.
Esta opción cobra especial importancia en áreas como la oftalmología donde ya se ha demostrado que es segura eficaz y fácil de replicar para tratar varios problemas de los ojos.
Ofrece la chance de ser mamás a aquellas que sueñan con tener hijos juntas. Hay varias técnicas como la inseminación artificial o la FIV que se eligen según lo que necesite cada pareja.
La implantación es complicada y superimportante para que funcione lo de tener un bebé. A veces no sale bien por mil razones.
La cosa entre nuestro ADN y tratamientos como el PRGF (Plasma Rico en Factores de Crecimiento) tiene flipados a científicos y médicos.
Lo que hace la diferencia son esos factores plasmáticos y plaquetarios que juegan un papel clave en la acción biológica de estos tratamientos.
Charlar con un psicólogo que entienda del tema o meterte en grupos de apoyo puede ser un respiro para soltar lo que llevas dentro y que te entiendan.
